HISTORIA DEL ESTATUTO VIGENTE
A diferencia de otras instituciones de Educación Superior del país, el origen de la Universidad de La Frontera fue impuesto por la norma. Un Decreto con Fuerza de Ley (DFL N°17) fue el que le dio vida el 10 de marzo de 1981 y ese mismo año otro (DFL N°156) le marcó los márgenes para funcionar.
Este último corresponde al estatuto vigente de la UFRO. Promulgado el 11 de diciembre de 1981 y publicado el 22 de julio de 1982, este decreto es el cuerpo normativo “tipo” establecido en ese entonces para todas las universidades estatales derivadas de las sedes en regiones de la Universidad de Chile y de la ex Universidad Técnica del Estado, y que a partir de la reforma educacional de la época se crearon como instituciones autónomas.
Estos estatutos fueron producto de un proceso que excluyó la participación de los estamentos a los cuales afectan y se mantuvieron sellados por la imposición de la norma por más de tres décadas.
Durante estos 38 años de vida autónoma, el paso del tiempo y el mérito fueron robusteciendo a la Universidad de La Frontera. De mano del esfuerzo, trabajo y compromiso de su gente fue construyendo a pulso cada página de su historia, pero este 2019 se apronta a reescribir precisamente aquella que le fue ordenada, la de sus estatutos.
Ello será posible a partir de la Ley 21.094 sobre Universidades Estatales, que entró en vigencia el 5 de junio de 2018 y que reconoce las especificidades y el rol que cumplen estas instituciones de educación superior. En ella también se consigna que todas las universidades estatales que tengan estatutos vigentes con anterioridad a marzo de 1990 deben realizar un proceso de adecuación estatutaria, de acuerdo a las disposiciones de dicho cuerpo legal en un plazo de tres años, es decir, hasta junio de 2021; de no hacerlo, deberán regirse por el Estatuto General sobre Organización, Gobierno, Funciones y Atribuciones de las Universidades del Estado, vigente desde el 6 de septiembre de 2019.
Cada universidad se dará a la tarea de modificar sus estatutos de acuerdo a sus particularidades, siempre en línea con lo consignado en la nueva ley. Por su parte, la Universidad de La Frontera se prepara para hacerlo desde el corazón mismo de su comunidad, en un proceso que sea público y marcado por la participación y la triestamentalidad.
Será esta la oportunidad de pensar en conjunto, y desde la propia Comunidad Universitaria, los estatutos que regularán a la UFRO en adelante, donde la visión de futuro de cada uno de sus estamentos será considerada y valorada.